Artista Plástico Kichwa

“En una sociedad tan devastada, el arte es el mejor medio para manifestar toda inquietud del ser humano”

Nuestra esencia lugubre

introducción

A lo largo de la historia de la humanidad, las personas han presenciado un sin número de catástrofes naturaleza y muchas de ellas han sido ocasionadas por la mano del ser humano. Por su codicia de poder y dominio fue culpable de la devastación de especies naturales, así como la extinción de muchos animales y el exterminio de varias civilizaciones.


Una sociedad cegada por su propio odio refleja ese caos interno mediante atroces actos voluntarios, poniendo en evidencia el lado más oscuro, crudo y grotesco de la esencia humana, seres antipáticos con sus semejantes que se vuelve débil y vulnerable ante fuerzas mayores. Dicho distanciamiento empático ha ocasionado una ruptura irremediable en la interacción humana, quienes los afectados no son solo las personas sino los daños colaterales van más allá de lo subjetivo, reflejando y expulsando toda esa energía al único espacio de habitad, la cual está siendo totalmente masacrada y cada vez mas el escenario se asemeja a un mundo postapocalíptico.


Mientras los individuos se enfocan en el exterminio de los unos a los otros las minorías dominantes toman más fuerza; los políticos, empresarios y las distintas religiones protegidas por varias instituciones de orden público han logrado durante siglos dominar y controlar la sociedad utilizando en su gran mayoría la fuerza letal, asesinando y desapareciendo sin piedad a quienes están en contra de las doctrinas autoritarias.

No es raro que ciertos grupos sociales tengan el control de las masas públicas, históricamente siempre ha sucedido de esa manera:  el caos generado por los “gobernantes” a manos de sus lacayos uniformados fue, es y será siempre el detonante para la inestabilidad económica, social y psicológica de la humanidad. Mientras las personas en sectores con deplorables recursos y sin ningún tipo de oportunidades, desgarran su piel con sus manos y se alimentan de sus almas perturbadas con un odio tan profundo implantada en sus memorias desde hace generaciones. Y mientras en los sectores urbanos las personas se devoran entre sí sin una pizca de humanidad y una moral altamente deteriorada, con el afán de sobre salir pisoteando a quien se interpone en su mundo mediocre y materialista. Los poderosos bajo el amparo y la bendición de la iglesia se mofan de la desgracia del pueblo desde sus castillos edificados con cimientos de cadáveres y sangre, custodiados por los cómplices agentes policiacos.

Esta perspectiva del comportamiento de la raza humana ha llevado al pensamiento crítico y filosófico sobre el bien y el mal, contraponiendo ideas de dos filósofos de épocas diferentes, por una parte, el Italiano Nicolas Maquiavelo menciona: “el hombre es malo por naturaleza, a menos que le precisen ser bueno” (Maquiavelo, 1532). Siendo las personas malvadas y egoístas quienes simplemente muestran la bondad por conveniencia. En cambio, el Suizo Jacques Rousseau dice: “el hombre por naturaleza es bueno, pero la sociedad es quien lo corrompe” (Rousseau, sf). Mientras el niño nace siendo bueno y sensible al crecer la vida social y cultural lo pervierten.

En ambas posturas filosóficas se menciona el lado lúgubre de nuestro ser como una dualidad de la psiquis humana, una cualidad complementaria de nuestra identidad individual, si bien en la actualidad para determinar a un individuo como malo o bueno es necesario tomar en cuenta varios elementos sociológicos, psicológicos, históricos y culturales. Es por ello por lo que hoy en día como hace siglos atrás se puede observar y vivir la violencia en distintos niveles; ya sean niños golpeándose, una persona maltratando sin piedad a un animal, asesinatos a sangre fría, violaciones a niños por parte de los sacerdotes, policías corruptos asesinando al pueblo, políticos enriqueciéndose ilícitamente a cuesta del pueblo, actos tan denigrantes como estos son la representación de las más vergonzosas actitudes de la raza humana.

A lo largo del tiempo artistas, escritores y filósofos han aportado con definiciones de lo feo-bello o malo-bueno, lo que permite realizar un seguimiento histórico de estas ideas estéticas, el filosofo Rosenkranz menciona:

La analogía entre lo feo y el moral, tal como el mal y el pecado se oponen al bien y son su infierno, así también lo feo es “el infierno de lo bello”. Analiza con detalle la fealdad natural, la fealdad espiritual, la fealdad en el arte, la ausencia de forma, la asimetría, la falta de armonía, la desfiguración, la deformación y lo repugnante en sus diversas formas. (Rosenkranz, 1853).

A pesar de que siempre estuvo en muchas de las manifestaciones artísticas en pocas ocasiones ha sido motivo de estudio y en varias de ellas solo con alusiones marginales.

Mientras en la tesis Teoría estética Adorno sostiene que “El arte tiene el concreto deber de recurrir a lo amorfo, disonante, a lo rechazado; el deber de profundizar en todas las manifestaciones deformadas y desfiguradas de una verdad dolorosa” (Adorno, 1980). También considera que:

La naturaleza de lo feo es “superior” a la de lo bello. Esto, por su autenticidad,  por su absoluta identidad con la realidad, por su valor al poner al desnudo las inmundas y repugnantes verdades ocultas tras el velo falsificador, distorsionador y ladino de la belleza convencional. Lo feo, entonces, transgrede la defensa de la estética tradicional, subordinando la belleza hasta excederla, más allá de suplantarla. (Adorno, 1980.p.).

De esta manera la sociedad en general se muestra en una sola presentación estética sin distinción de género, etnia y cultura, logrando representar un escenario poblado de figuras y escenas que se explican por sí mismas sin necesidad de comentarios erudito. Hay en ellas inmediatez en la imagen que conmueve y estremece por su dramático patetismo y la sarcástica lucidez de lo grotesco llevado al límite. Como los decapitados o los sacerdotes o la masacre policiaca, todos juntos en un mismo universo monstruoso y de ensueño, pero no tan lejos de la misma realidad a la que nuestra sociedad se encamina.

Obras

Altivo
Técnica: Acrílico sobre lienzo Dimensiones: 89x138cm. Año: 2021
Envidia
Técnica: Acrílico sobre lienzo Dimensiones: 88.8x138cm. Año: 2021
Furor
Técnica: Acrílico sobre lienzo Dimensiones: 114x138cm. Año: 2021
Lujuria
Técnica: Acrílico sobre lienzo Dimensiones: 113.5x141cm. Año: 2021
Gandul
Técnica: Acrílico sobre lienzo Dimensiones: 88.8x140cm. Año: 2021
Parcialidad
Técnica: Acrílico sobre lienzo Dimensiones: 89x138cm. Año: 2021
Ruin
Técnica: Acrílico sobre lienzo Dimensiones: 88.8x137cm. Año: 2021

exposición

22 de octubre de 2021
Otavalo - Ecuador